
Pensaron que las biografías se habían ido para no volver. No mis queridos. Como todo lo bueno, se hace rogar. (Maldito libre albedrío!)
Hoy les traemos una historia desgarradoramente emotiva.
Griselda Luz Elektra siempre fue una chica de su casa. De pequeña siempre soñó con llegar lejos, pero sus ansias de éxito nunca le impidieron disfrutar su presente. Investigando sobre su infancia una vecina nos contó:
-“Si… la Grise siempre fue una nena muy dulce. A mi siempre me ayudaba con las bolsas del súper, claro, de vez en cuando se hacia la picara y me robaba uno que otro paquete de galletitas polvoritas, pero con esa sonrisa quien se puede enojar con ella. Me acuerdo que solia correr por la cuadra llena de barro. Y si… era un poco mugrienta, pero buena en el fondo”
Griselda termino su primario e ingresó al secundario. Todo transcurría normalmente. Nunca sospechó los horribles rumores que corrían tras sus espaldas. La sombra de la traición asomo en su vida.
Una cruel profesora de matemáticas, quien luego confesó odiarla comenzó el rumor que tanta riza no era normal. Y la gente empezó a hablar.
La directora preocupada decidió hablar con los señores Luz Elektra, quienes anonadados desmintieron el rumor… Aunque la sospecha quedo en ellos. Los tres adultos llegaron a un acuerdo: Griselda se sometería a una prueba de drogas. Con tan solo hacer pis en un tarrito su reputación seria blanqueada. Pero no todo podía ser fácil. Para poder validar la prueba algún adulto responsable debía estar en el baño.
Desafortunadamente nuestra heroína sufría de vejiga tímida. Nunca pudo hacer la muestra. Y como era de esperar la gente pensó que Griselda tenía algo que ocultar. Sus padres humillados le dieron la espalda.
Así, Griselda se quedó sin familia, sin amigos, sin un hogar. A pesar de todo, siempre optimista ella no perdió su felicidad.
Con su mochilita al hombro recorrió miles de ciudades. El problema es que a donde ella llegaba, el rumor de su pasado con las drogas había llegado antes. Así, siguió siendo segregada una y otra vez.
La poca gente que se tomaba el tiempo de conocerla empezó a idolatrarla. Así surgió lo que ahora conocemos como el movimiento “Iluminados por el Arcóiris de Sonrisas Felices” (IPASF).
Pero Griselda nunca quiso poder, ella solo quería vivir su vida sin ser señalada. Nunca se hizo cargo de las pasiones que generaba en la gente. De a poco, los rumores de drogas se fueron olvidando. Finalmente murió la drogadicta para dar lugar al mito viviente que fue.
A donde iba la gente le pedía que hable. Todos querían llenarse de su sabiduría. Desafortunadamente la desgracia seguía esperándola a la vuelta de la esquina.
Un grupo de productores de programas infantiles enfrentaban una crisis: el Fenómeno Teletubis amenazaba con dejarlos fuera del mercado. Necesitaban un nuevo personaje, pero estaban cortos de ideas.
Cuando vieron a Griselda supieron de inmediato que sus problemas estaban resueltos: el nuevo personaje estaría basado en ella.
Primero intentaron convencerla para que coopere. Pero Griselda era incorruptible frente a las tentaciones de capitalismo. No sabia que negándose estaba sellando su fatal destino.
Hoy les traemos una historia desgarradoramente emotiva.
Griselda Luz Elektra siempre fue una chica de su casa. De pequeña siempre soñó con llegar lejos, pero sus ansias de éxito nunca le impidieron disfrutar su presente. Investigando sobre su infancia una vecina nos contó:
-“Si… la Grise siempre fue una nena muy dulce. A mi siempre me ayudaba con las bolsas del súper, claro, de vez en cuando se hacia la picara y me robaba uno que otro paquete de galletitas polvoritas, pero con esa sonrisa quien se puede enojar con ella. Me acuerdo que solia correr por la cuadra llena de barro. Y si… era un poco mugrienta, pero buena en el fondo”
Griselda termino su primario e ingresó al secundario. Todo transcurría normalmente. Nunca sospechó los horribles rumores que corrían tras sus espaldas. La sombra de la traición asomo en su vida.
Una cruel profesora de matemáticas, quien luego confesó odiarla comenzó el rumor que tanta riza no era normal. Y la gente empezó a hablar.
La directora preocupada decidió hablar con los señores Luz Elektra, quienes anonadados desmintieron el rumor… Aunque la sospecha quedo en ellos. Los tres adultos llegaron a un acuerdo: Griselda se sometería a una prueba de drogas. Con tan solo hacer pis en un tarrito su reputación seria blanqueada. Pero no todo podía ser fácil. Para poder validar la prueba algún adulto responsable debía estar en el baño.
Desafortunadamente nuestra heroína sufría de vejiga tímida. Nunca pudo hacer la muestra. Y como era de esperar la gente pensó que Griselda tenía algo que ocultar. Sus padres humillados le dieron la espalda.
Así, Griselda se quedó sin familia, sin amigos, sin un hogar. A pesar de todo, siempre optimista ella no perdió su felicidad.
Con su mochilita al hombro recorrió miles de ciudades. El problema es que a donde ella llegaba, el rumor de su pasado con las drogas había llegado antes. Así, siguió siendo segregada una y otra vez.
La poca gente que se tomaba el tiempo de conocerla empezó a idolatrarla. Así surgió lo que ahora conocemos como el movimiento “Iluminados por el Arcóiris de Sonrisas Felices” (IPASF).
Pero Griselda nunca quiso poder, ella solo quería vivir su vida sin ser señalada. Nunca se hizo cargo de las pasiones que generaba en la gente. De a poco, los rumores de drogas se fueron olvidando. Finalmente murió la drogadicta para dar lugar al mito viviente que fue.
A donde iba la gente le pedía que hable. Todos querían llenarse de su sabiduría. Desafortunadamente la desgracia seguía esperándola a la vuelta de la esquina.
Un grupo de productores de programas infantiles enfrentaban una crisis: el Fenómeno Teletubis amenazaba con dejarlos fuera del mercado. Necesitaban un nuevo personaje, pero estaban cortos de ideas.
Cuando vieron a Griselda supieron de inmediato que sus problemas estaban resueltos: el nuevo personaje estaría basado en ella.
Primero intentaron convencerla para que coopere. Pero Griselda era incorruptible frente a las tentaciones de capitalismo. No sabia que negándose estaba sellando su fatal destino.

___ [ Continuará ] ____
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